Videojuegos, violencia y adicción

¿Cuántas veces no hemos escuchado aquella frase que dice "Los videojuegos vuelven violentos a los jóvenes"? "Si a usted le preocupa que un video juego pueda convertir a su hijo en un asesino, olvídese de ello", dice el psicólogo Patrick Markey, de la Universidad de Villanova (Penssilvannia), y agrega: "Pero si su chico es impulsivo, poco amigable, o con ciertos modos agresivos, no es probable que sea una buena idea que ese niño juegue videojuegos violentos". La investigación de Markey acaba de ser presentada en una junta de la American Psychological Association, entre muchos estudios que en los meses recientes han intentado llegar a conclusiones sobre la peligrosidad que encierra el jugar videojuegos. De acuerdo al investigador, "los videojuegos no son simplemente buenos o malos para todos, pero para algunos individuos con ciertas disposiciones, el jugar podría afectarlos negativamente". Por su parte, Marina Krcmar, una profesora asociada de comunicaciones en la Universidad Wake Forest, en Winston Salem, North Carolina, quien ha estudiado el impacto de los videojuegos en niños y jóvenes, ofrece los siguientes consejos a los padres:
  • Investigue los juegos: las calificaciones muchas veces no son consistentes y muchos juegos etiquetados para niños son con frecuencia inapropiados. Busque en youtube reseñas de esos contenidos e investigue si hay sitios web donde se hacen revisiones de los mismos.
  • Enfoque en juegos de estrategia en lugar de jugar los de disparos, por ejemplo, los juegos en "primera persona", en donde quien juega dispara a "humanos" en lugar de monstruos y que tienen un gran realismo; los juegos de estrategia ayudan a desarrollar habilidades para resolver problemas.
  • Monitoreé las actividades: ponga las consolas para jugar en espacios donde toda la familia pueda convivir. Hable de los juegos con sus hijos. Muchas veces los niños no saben lo que es la verdadera violencia y es fácil confundirse a ciertas edades
Regresando a Markey, él halló una ligera correlación entre la hostilidad y cierto tipo de personalidades: extremadamente alta o neuróticas y extremadamente baja en personas tranquilas. El estudio de Markey apareció en el Review of General Psychology, se basó en respuestas de 118 participantes en el 2009; la mitad jugando juegos violentos y la otra mitad jugando juegos no violentos. En realidad, un nuevo estudio llevado a cabo en línea en el Psychology of Violence, soporta la noción de que la violencia no es realmente el problema: "parece ser que la competencia en los juegos es lo que puede influenciar en la agresión, no en el contenido necesariamente violento", dice Paul Adachi, quien estudió este fenómeno en la Universidad Brock, en St. Catharines, Ontario: "hallamos que, independientemente del contenido violento, los dos juegos más competitivos produjeron los comportamientos más agresivos que los que se vio en los juegos menos competitivos". Es claro que los juegos han crecido en popularidad, pero el sugerir una liga directa con la agresión de las personas es algo que aún provoca discusiones importantes al respecto. Por ejemplo, se ha hallado en otras investigaciones que:
  • La exposición frecuente a los videojuegos violentos entre las edades de 7 a 15 años, pueden afectar la habilidad para desarrollar empatía e incrementar su aceptabilidad de la violencia, en promedio, según un estudio del Simmons College, que apareció en la edición primavera/verano de Journal of Children and Media.
  • Los videojuegos relajantes pueden hacer de las personas más felices y amables; sugiere una investigación de la Universidad Estatal de Ohio (en línea), que apareció en el Social Psychological and Personality Science Journal.
  • Las niñas pueden beneficiarse al jugar videojuegos si uno de los padres juega con ella, de acuerdo a un estudio de la Universidad para jóvenes de Brigham, si sus edades están entre 11 y 16 años. La investigación en el Journal of Adolescent Health, halló que las niñas que juegan juegos apropiados con uno de sus padres se comportan mejor, se sienten más conectadas a sus familias y tienen una salud mental mayor.
Por su parte, Eric Beaudoin, de 25 años, un estudiante graduado de psicología, dice que jugar es un "relajante del stress". "Puedo olvidarme de mi disertación, de mi práctica profdesional,de mis clientes, y matar algunos monstruos", dijo. La estudiante de secundaria Tia Strickland, de 14 años, de Washington DC, es nueva en esto de jugar y empezó con "Angry Birds". Ella dice: "me estoy convirtiendo en adicta a este juego. Si pierdo tengo que seguir jugando hasta que gano. Una vez que pasa eso me siento muy satisfecha". David Gorelick, del Instituto Nacional para el Abuso de las Drogas, en Baltimore, quien ha revisado la adicción en los comportamientos, dice que no hay suficientes datos todavía para saber "si un jugador de un videojuego en particular lo puede convertir en un jugador adicto". Gorelick sugiere que algunas personas con exceso de tiempo en el uso de los videojuegos pdría estar en los criterios de lo que es una adicción en el comportamiento.

AMPLIFICAR UNA SEÑAL Wi-Fi

Es muy común que una conexión inalámbrica WiFi de pronto no sea suficiente en algún área del local donde se encuentra. Esto pasa tanto en comercios como en las casas. Muchas veces tenemos que movernos con nuestros dispositivos inalámbricos para tener señal de internet. Por supuesto que pueden conseguirse amplificadores de dicha señal, pero estos tienen un costo. Dado esta restricción, a alguien se le ocurrió incrementar la señal WiFi utilizando elementos caseros y en particular, algo que a más de uno le parecerá atractivo: una lata de cerveza o de refresco. Aquí la pregunta importante es: si se utiliza una cerveza ¿qué clase de cerveza hay que usar? Para este proyecto se necesitan tijeras, un cutter, adhesivo y una lata de cerveza o refresco vacía. Se puede vaciar más de una en caso necesario, pero que quede claro, solamente el ruteador necesitará una sola. El primer paso es limpiar la lata. Una vez que haga esto, bebiendo previamente su contenido y limpiando con agua la lata hasta que seque, entonces remueva la pestaña para abrirla. El siguiente paso solamente hágalo si no está bebiendo. Use el cutter. Vea el fondo de la lata. Es probable que no encuentre una línea punteada roja para que le diga dónde cortarla. Si ve dicha línea, deje el cutter en un lugar seguro. Es probable que usted haya bebido demasiado. Podría pasarle que la pestaña en donde se abre la lata siga en su lugar. Claramente hay dos razones para que ocurra esto: uno, que usted realmente ya está borracho y nunca la removió. La segunda posibilidad, y la más factible, es que la pestaña se regeneró espontáneamente. Las imágenes podrán indicarle los pasos a seguir. Quizás hacer esto sobrio es finalmente una buena idea.